El otro día me pasó, quedaban 15 minutos para irme y 2 tareas pendientes.
¿Cómo llegué a esta situación? Te lo cuento en la postdata, pero vamos al tema.
Si dijera que era fácil decidir no estaría escribiendo esto,
si fueran 2 tareas sencilla, tampoco escribiría,
si me hubiera quedado más tiempo… ERROR! (Eso es una redflag)
En fin, que tenía que optar por hacer una y dejar la otra.
Decidí por una y empecé:
Debía leer un mail, revisar una publi y responder con mis ideas.
Abrí el mail y mientras revisaba la publi me di cuenta.
Había elegido mal.
Había elegido mal desde el principio.
No solo la tarea, había elegido mal elegir entre tareas!
¡NO ME LO PODÍA CREER!
Había caído en mi propia trampa de considerarme lo suficientemente rápido.
Creía que 15′ eran suficientes para:
– Leer mail: Era fácil, así que 3′
– Revisar publi: Si lo hago a la ligera 5′, si me detengo lo normal 12′
– Responder: Si es un SI o NO, son 2′, pero tenía que redactar y aportar… suma 15′
TOTAL: No hace falta ni que lo sumes…
Esta falacia o autoconvencimiento de nuestra supervelocidad tiene un nombre.
Y no solo eso, en el curso tienes un par de experimentos para aprender a controlar cuánto duran tus tareas.
¿Cuál es la solución?
Hacer una correcta Gestión de Esperas.
Curso de Gestión del Tiempo para equivocarte en estas cosas
Pd: Demasiados imprevistos para un mismo día y el GAP no aguantó